domingo, 7 de octubre de 2007

¿Chiqueado yo?

Hoy quiero hacer una aclaración: muchas veces he escuchado que me llaman "chiqueado", y nunca le tomé importancia hasta que aprendí lo que significa chiqueado... Y yo quiero informarles que NO SOY CHIQUEADO...

¡Tengo pruebas! como esta, donde vemos que me abandonan por las tardes encerrado solo...
Y tengo más fotos... Dicen que soy chiqueado porque me quejo de que me encierran en el patio... POR DIOS, ¡Ustedes intenten dormir en el frío de la noche sin las pieles extras que se echan encima!...

¿Quieren ver lo que es ser un perro chiqueado?
VEAN ESTO:
Y díganme si Snoopy no es un perro chiqueado... ¡Hasta parece bebé humano! ahí colgado de los hombros de su ama Xochitl... Le escurre la chiqueadez...

Miren esto... El cínico de Fernando riendo mientras me enterraba en la arena... Yo sufriendo porque tengo sal hasta donde no es legal... y él riendo...

Tal vez yo sea un poco quisquilloso cuando me da sueño... Pero no sean gachoos, ¡compartan!

Se creen que el mundo es de ustedes y nos tratan como si fueramos insectos portadores de enfermedades...
Solo para su información:
  • Dicen que en la boca de un humano hay más bacterias que en la boca de un perro.
  • También dicen que en una casa, el primer lugar en número de bacterias acumuladas, es el teclado de la computadora, el segundo lugar lo tiene la cocina...
Me hacen fuchi porque como del piso... Y ustedes después de usar la computadora preparan su comida en la cocina y comen de sus manos...

No cabe duda que son los animales más incongruentes que existen...

jueves, 28 de junio de 2007

Busco novia

Llega un momento en la vida de un perro en el que mordisquear juguetes y corretear pelotas deja de ser suficiente diversión para un perro... Comenzamos a pensar en cosas como la conservación y mejoramiento de la especie...

Así que con permiso de mi amo[pimp] Fernando, publico este anuncio a todas las nenas raza Dachshund que estén por ahí buscando un macho guapo y sexy, chequen esta foto:


Y si ven algo que les interese, por favor comuníquense conmigo para organizar una cita y conocernos mejor ;)

sábado, 2 de junio de 2007

Perro trabajando...

disculpen si tardo,mi historia es larga...

martes, 29 de mayo de 2007

Crónica de mi desaparición

[si vienen de http://penano.blogspot.com y ya leyeron el principio, bajen hasta las letras negras]
Ya que mi amo les contó la "Crónica de un detective de mascotas" ahora me toca contarles lo que YO viví en esas 100 horas de mi desaparición... Pero yo comenzaré un poco más atrás en el tiempo...

Todas las mañanas mi amo me despierta y se levanta todo apresurado, me baja de la cama y se mete al baño, yo me acuesto por ahí en el piso para esperar a que salga, luego entra de nuevo al cuarto donde dormimos y se echa sus pieles de humano encima. Después se cuelga unos bultos y es cuando me doy cuenta: ¡¡SE VA A IR!! Siempre que se cuelga los bultos se va, así que lo sigo hasta la puerta para salir a pasear con él, pero me ordena que suba al cuarto y cubre la salida con la pared que se mueve... Por más que lo llamo y le pido que me lleve no vuelve hasta la mitad del día.
No entiendo por qué me dejan ahí solo, lo peor es cuando me dan ganas de orinar, o peor ¡de defecar! con lo que les molesta que deje mis marcas en el cuarto, mi instinto me dice que nuestro olor marca lo que es de nosotros... Pero los humanos siempre se andan echando agua y espuma y cosas que les quitan todo su olor... Son raros...

Hubo un día en el que en lugar de dejarme en el cuarto me sacaron al territorio de Camila; ella no me cae bien, es una boxer grande y torpe; yo solo quiero echarme a descansar en un lugar cómodo, pero ella siempre quiere jugar, tiene demasiada energía... Para mi sorpresa, Camila ya no estaba, no se a dónde se habrá ido, pero no importa, ahora podré hacer ese lugar mío.

¡No es cierto! ¡Lo que importa ahora es que Fernando se va y yo no quiero quedarme solo! Me asomo por el pasillo y escucho cómo se empieza a mover su carro, le llamo con todas mis fuerzas, trato de saltar el muro pero es muy alto para mí, no puedo saltarlo, antes solo había unas piedras planas tapando, las podía empujar para pasar, pero este nuevo muro es una sola pieza alta... Lo empujaba y lo empujabaa pero no podía moverlo, seguí hasta que el sonido del carro se dejó de escuchar, entonces me resigné, me regresé a tomar un poco de agua y esperar... como siempre...

De repente escuché ruidos sobre mí y me di cuenta de que había alguien arriba, llamé y llamé para que me dejaran entrar, pues tengo sueño y aquí afuera el piso es muy incómodo... Luego escuchaba que se acercaban a la puerta, pensé que sería una de las hembras humanas que venía a mover la pared de la entrada, la raspé para que sepa que estoy afuera pero no me abrieron, solo escuché que andaban ahí, hablando, diciendo cosas, incluso dijeron mi nombre... pero no me abrían; después de un rato dejé de escucharlas... Ahora sí estaba solo...

Después de mucho esperar echado en unas pieles que estaban amontonadas ahí escuché a lo lejos el carro de Fernando, corrí al pasillo para asegurarme de que era el, ¡Y me di cuenta que el muro ya no estaba! Solo quedaban las piedras de antes, las salté de inmediato y corrí a la puerta del carro para recibir a mi amo, el me acarició y me cargó, yo le pregunté a dónde fue y lo olfateé para averiguar de donde venía... Traía el mismo olor de siempre, el olor de un lugar en el que nunca había estado... Algun día lo acompañaría y conocería ese lugar al que todos los días va... Ha de ser un lugar lleno de comida deliciosa y amigos divertidos e interesantes... Yo también iría todos los días si fuera así, pero yo sí me llevaría a Fernando...

Otro día pasó algo parecido, me dejaron afuera, con el muro alto que no podía saltar, solo otra vez... De repente escuché un fuerte golpe por el pasillo, corrí a ver y el muro nuevamente había desaparecido... Estaban las piedras de antes pero apiladas más alto, enseguida fui para empujarlas y salir a explorar, pero estaban como pegadas, se movían pero no se caían... Luego noté que tal vez podría escalarlas, trepé lentamente y con cuidado... entonces, en cuanto había llegado hasta arriba, me encontré a una de las hembras humanas del otro lado, me llamó y me abrió la puerta por el frente... De inmediato olvidé mi exploración y me metí, me puse cómodo y esperé a que regrese Fernando...

Dos intentos sin éxito en cuatro días, pero al quinto día el muro tenía algo nuevo, había una estructura sosteniéndolo... La estudié y noté que podría utilizarla para saltar el muro, sin pensarlo dos veces me subí y, apoyándome de la estructura, me subí al muro, ya arriba era muy tarde para pensar en cómo bajar del otro lado y lo único que me quedó fue caer y darme un tremendo lomazo... Inmediatamente me levanté y me di cuenta: ¡Ya estaba del otro lado!

No era la primera vez que estaba solo afuera de la casa... Pero era la primera que me había costado tanto trabajo... Salí y dejé unas marcas de orina en los lugares de siempre y me lancé a explorar, a buscar a mi amo... Caminé un poco sin encontrar más vida que la de los perros que estaban en las otras casas; pero justo a la vuelta vi una casa que no era igual a las demás, era muy grande y había muchos humanos, la mayoría cachorros; la curiosidad me consumió y me crucé por debajo del cerco con cuidado... No pasó mucho tiempo cuando percibí un rico olor a comida, seguí a mi nariz y llegué a un lugar lleno de cachorros humanos que me vieron y empezaron a compartir su comida conmigo y a llamarme, me emocioné mucho pues todos querían acariciarme y a mí me encanta que me acaricien... De pronto escuché que uno de los cachorros me llamó Champiñón, entonces todos rieron y comenzaron a repetir mi nombre...

¿Cómo? ¿¡Ya me conocían!?,
no recuerdo haber estado ahí nunca antes...

Entonces pensé: Estoy en un lugar con muchos humanos amables, con comida de sobra, donde todos me conocen y quieren estar contigo... ¡ESTE ERA EL LUGAR!
Ese fabuloso lugar al que mi amo nunca me llevó, donde hay mucho espacio para correr y muchas personas con quienes jugar, ¡Era increíble!, sin dudarlo una vez me comí todo lo que me daban, me dejé acariciar, jugué con todos los que me invitaban a jugar... A veces se iban unos cachorros y llegaban otros a ocupar sus lugares, como si se turnaran para darme amor y cariño...
Me sentía como todo un lobo alfa, a la mitad del día pensé escuchar a mi amo en su carro, pero estaba muy ocupado dejándome querer, así que no me preocupé en investigar... En ese rato los cachorros comenzaron a irse del lugar, los seguí para ver a dónde iban; unos se esperaban cerca del cerco, otros se iban a pie o en los carros que estaban llegando, todos eran diferentes... Pero ninguno como el de mi amo...

Entonces una hembra me llamó, fui con ella y me dejó subir a su carro, ¡Me encanta pasear en carro! subí inmediatamente y, después de revisar, me acomodé junto a la ventana para poder olfatear todo lo que pasemos en el camino... La hembra se fue conmigo y con nosotos iba un macho desconocido... El paseo no fue largo... Parecía que íbamos a casa con mi amo, pero llegamos a una casa diferente, la hembra me cargó hasta adentro y el macho tomó un juguete como el de mi casa, con el que se ponen a hablar solos los humanos. Mientras el platicaba, yo me puse cómodo con la hembra y ella me quitó el collar y me acarició; terminó de hablar solo el otro, me volvieron a poner el collar y nos subimos otra vez al carro. Esta vez el paseo fue más largo, mucho más largo. Los olores que venían de la ventana ya eran muy diferentes, la emoción me invadía, tal vez iríamos a un lugar genial, algún lugar todavía mejor que la casa grande...

Después de mucho andar en el carro por fin nos detuvimos, el macho me cargó y me bajó del carro, me llevó hasta una casa, pero no entramos, habló con alguien por la ventana sin dejarme bajar, yo quería olfatear el nuevo lugar... Luego de platicar me llevó más allá de la casa a un lugar con montañas de basura, por fin me dejó bajar y yo corrí a olfatear el lugar, a conocerlo... Por lo que olfateé sabía que por ahí había perros, perros más grandes, pero no los veía por ningún lado, así que seguí olfateando y vi al humano que me trajo subir unas escaleras, así que lo seguí, ahí arriba platicó con otro humano más grande y luego el me tomó y me llevó abajo, luego me amarró junto a una cueva de metal... Y yo odio que me amarren... Traté de soltarme, le pedía que me suelte pero no me hizo cazo; tan solo me trajo un plato con agua y se fue. Después, vi que el humano que me llevó ahí se estaba llendo y le llamé para que vuelva por mí pero me ignoró, ladré más fuerte y parecía como si no escuchara, se subió a su carro y se fue...

No debí de haberme salido... Estaba solo, en un lugar desconocido, me dolía la panza por comer tanto en la mañana, tenía mucho calor, estaba amarrado y en un lugar incómodo...

Mi viaje pasaba por lo peor, entonces comenzó a oscurecer y los humanos se iban poco a poco, yo nomás los miraba y les gritaba y les rogaba que me lleven a mi casa, que me dejen ir, que tengan piedad... Nadie me hacía caso, hasta que el último que quedaba soltó la correa de mi collar y yo salté pidiéndole que me lleve a mi casa, que me acariciara y me cargara... Me sentía agotado y muy desesperado...
El me cargó, me acarició hasta que me calmé, me llevó hasta la entrada
y justo antes de salir, me dejó en el suelo, comencé a caminar con él para irnos de ese horrible lugar, pero me detuvo, puso su pie y no me dejó saltarlo; entonces vi que ponía una pared en la salida... Le grité para que me deje salir hasta que ya no lo escuché más, entonces me di cuenta que no iban a dejarme salir de ahí, me resigné y volví a buscar el plato de agua que me dejaron, pero entonces vi que no estaba solo... ¡Había otros dos perros ahí! No supe de dónde habían salido, pero fui con ellos para presentarme y conocerlos, me emocioné pues no pasaría solo la noche como pensé... Pero no me hacían caso... Eran aburridos... Nomás se echaron ahí y me ignoraron... Después de dar una vuelta y conocer por fin el lugar, busqué un pedazo de suelo cómodo, o mejor dicho no tan incómodo, e hice lo mismo que los otros...

Estando ahí en el silencio y la soledad, con nadie más que con mi conciencia, los nostálgicos recuerdos de mi hogar comenzaron a caerme como bombas en el estómago... Mis casas, mi cama, la playa, el parque, el mono, la pelota, los premios, mi manada humana... Ya no sabía si los volvería a ver, así que me grabé bien todos esos buenos recuerdos para no terminar vacío como los otros perros abandonados...

Poco antes de que saliera de nuevo el sol me despertó la sed, fui a donde dejaron el plato con agua y uno de los perros estaba tomando de él, me acerqué por el otro lado para tomar, con cuidado pues no conosco muy bien a ese perro, y comenzó a gruñir... No quería que tomara agua... Bajé mi cabeza para que viera que sólo necesitaba un poco para calmar mi sed, dejó de gruñir, así que me acerqué lentamente pues vi que entendía mi necesidad... Levanté mi cabeza solo para meter la lengua al plato y ¡Me mordió el cuello! inmediatamente grité para que me suelte y corrí con la cola entre las patas para que entienda que no quiero pelear... Metido en un rincón tuve que esperar a que se alejara del plato y así yo pudiera ir a tomar agua...

Un rato después alguien movió la pared que tapaba la entrada, corrí inmediatamente para ver si era alguien de mi familia que me sacaría de ese lugar; pero era el mismo que me dejó ahí encerrado en la noche, entró sin dejarme salir, tapó de la entrada de nuevo y se metió a una de las casas, yo lo esperé afuera y poco tiempo después salió, con un plato grande lleno de comida para mí, ¡A buena hora pues ya me estaba llegando el hambre!.. yo lo seguí, brincando y pidiéndole que bajara el plato ya, pero entonces se acercaron los otros perros también a pedirle; ahí noté que la comida no era solo para mí... Y como lo manda mi instinto, los perros más grandes comen primero... Entonces tomé mi distancia y esperé, pero vi que el humano que llevaba la comida los llevó muy atrás, más lejos de lo que yo había olfateado, no me acerqué porque no necesitaba otra mordida... Luego volvió el humano y me llamó para que lo siga, yo caminé junto a él y volvió a entrar a la casa, esperé afuera y salió con otro plato de comida, me lo dejó ahí cerca de la casa junto a el plato de agua que volvió a llenar, inmediatamente comencé a comer y beber; y de repente el humano me tomó del cuello y ¡Amarró una correa de mi collar!... Olvidé la comida y comencé a jalar para soltarme, pero vi que el humano se fue hasta la salida, quitó la pared y se metió a la casa... Continué jalando y mordiendo la correa, pues no se veía tan fuerte, pero solo logré enredarme, cansarme y ensuciarme más... Ya que decidí que la correa me venció, terminé de comer y me eché en la sombra pues el sol ya empezaba a quemarme...

El tiempo pasó y llegaron más humanos y a todos los que ví les gritaba y les pedía que me suelten, que me lleven a un lugar fresco pues el calor me mataba... La mayoría solo me ignoraban pero algunos humanos se paraban a acariciarme un poco pero se iban de inmediato a hacer otras cosas: Unos se metían a alguna de las casas, otros se iban a jugar entre las montañas de basura, otros nomás se ponían a platicar entre sí... Cuando el sol pasó la mitad de su recorrido, el calor ya era casi insoportable, tenía que quedarme bajo la sombra y solo salir cuando necesitaba tomar agua... No podía hacer nada más, ya hasta dejé de pedir que me suelten pues el esfuerzo me daba más calor...

Y así fue hasta que el sol volvió a terminar su recorrido, la gente salió poco a poco, yo les pedía que me llevaran pero esta vez solo ladré cada que juntaba las fuerzas suficientes, el calor me tenía agotado, pero, al igual que el día anterior, no sirvió de nada... Otra vez el último en salir trajo a los otros perros, soltó la correa de mi cuello y nos encerró para pasar otra noche más en ese incómodo lugar...

Comencé a caer en la cuenta de que tal vez no saldría de ese lugar, así que al menos podría adaptarme a el nuevo hogar... Así que comencé a olfatear los lugares que no revisé; la esperanza me obligó a buscar si había otra salida que no estuviera tapada, pero no tardé mucho en recorrer todas las rejas y paredes del lugar... En un rincón al fondo vi dos cadenas amarradas a una reja, olfateando noté que ahí amarraban a los otros perros durante el día, pues había mucho de su excremento y de su orina.

Ya que terminé de conocer bien el lugar, me regresé a tomar un poco de agua, asegurándome de no molestar a los otros, y me eché a dormir en el mismo lugar de la noche anterior. Una vez más el silencio y la soledad trajeron los recuerdos de mi hogar y mi manada humana, al igual que ayer, volví a reforzar todos esos recuerdos para que, al menos en mi mente, reviviera el calor que mantiene mi deseo de vivir por algo más que el instinto de supervivencia.

Vino el siguiente día, volvió a salir el sol y la rutina se repitió, llegó el humano que abre, nos sirvió comida, nos amarró, llegaron los demás humanos, unos a las casas, otros a las montañas de basura y otros solo a ver y platicar... Esta vez una hembra salió de la casa, vino hacia mí, me acarició y me habló con una voz que me recordó de la hembra mayor de mi manada humana, con la que me acostaba por las noches a ver por la caja de sueño, esa que cuando se prende echa luces y sonidos que hacen que cualquier humano se duerma sin cerrar los ojos.
Aparte de ese momento, el día continuó como los otros, lo pasé evitando el calor y haciendo el esfuerzo de mantenerme cuerdo hasta que lleguó la noche; se fueron los humanos y nos encerraron...

Ya estaba acostumbrándome al ritmo de lo que se estaba convirtiendo en mi nuevo hogar, para ese momento ya no buscaba cariño ni diversión, solo buscaba mantenerme vivo y completo; ya había perdido la cuenta de los días que llevaba fuera de mi casa... Hasta que un día, mientras yo seguía ocultándome del sol en la cueva metálica escuché un silbido, al principio lo ignoré, pero después recordé donde lo había escuchado:
¡Era exactamente igual al que usan en mi manada para decir que tienen una golosina para mí!

Salí de la cueva inmediatamente a ver quién estaba silbando, no alcanzaba a ver, pero seguían los silbidos, no podía ir pues estaba amarrado así que grité para que vinieran por mí; entonces lo ví: eran Fernando y la Hembra alta que habían llegado por mí, casi llorando de la felicidad seguí llamándolo pidiendole que no volvieran a dejarme solo, se acercó a soltar la correa y salté sobre el lamiéndolo y olfateándolo, pidiéndole que me cargara y me sacara de ahí, que me diera agua fresca, que me diera comida, que me llevara a nuestro hogar, para descansar en un lugar cómodo pues quería olvidarme de este lugar y de todo esto que pasé...

Así terminó mi sufrir, me subieron al carro y ya ni ganas me quedaron de asomarme a la ventana, solo me eché en donde pude a descansar; un tiempo después llegamos a nuestra casa y me llevaron adentro, tomé agua fresca, comí hasta quedar satisfecho y me eché a dormir cómodo y al fin disfrutar la bella vida que por un momento pensé que no volvería a ver...

Y eso es lo que recuerdo de mi experiencia... Espero que hayan disfrutado mi lado de esta historia.

lunes, 28 de mayo de 2007

¿Por qué mi blog?

Primero que nada, mis queridos lectores, quisiera presentarme, mi nombre es Champiñón, soy un perro Dachshund doméstico nacido el 20 de Diciembre de 2005.
Mis amos son Arturo y Fernando Alvarado, me adoptaron cuando apenas iba a cumplir mi primer mes y me han cuidado muy bien hasta el día de hoy que ya tengo cerca de un año y medio en este mundo...

Seguramente han de preguntarse ¿Por qué rayos un canino está escribiendo un blog?...
La respuesta es fácil: Trascendencia, esa es mi razón, después de haber vivido una experiencia iluminadora, quiero asegurarme de que mi vida deje una huella inmortal, no ser tan solo un salchicha más en el mundo...

Además de eso, creo que puede interesarle a ustedes los humanos cómo alguien de otra especie percibe las cosas, pues eso de ser inteligentes les ha llenado la cabeza de soberbia y no ven más allá de sus ideas...

Haré mi mayor esfuerzo para que este blog sea de su interés y les contaré sobre mis experiencias y las enseñanzas que he descubierto en ellas.

Sin más por el momento, mis queridos lectores, me despido deseándoles que gocen de plena salud ustedes y todos sus seres queridos.

PD: Mi ortografía no es muy buena, este saludo lo escribo con ayuda de mi amo, les aviso que no siempre estará Fernando por aquí para ayudarme y de antemano les pido comprendan mis limitaciones.